La liquidación de una sucesión por causa de muerte mediante el trámite notarial puede solicitarse solo por los herederos o el cónyuge supérstite, quienes deberán actuar de común acuerdo. La solicitud se dirige al notario del círculo del domicilio del causante a través de un poder a un abogado.
La fuerza mayor o caso fortuito, definidos por el Código Civil como los imprevistos que no es posible evitar, constituyen hechos eximentes de responsabilidad. Para acogerse a este recurso debe demostrarse el cumplimiento de dos elementos esenciales: la imprevisibilidad y la irresistibilidad.