Sin importar la edad, los colombianos deben tener una cultura del ahorro desarrollada. Para los menores de edad, los padres son los llamados a llevarlos por ese camino y educarlos para que no se endeuden a medida que vayan creciendo. Los adultos mayores “la tienen clara” al momento de ahorrar.
Muchas personas piensan que el dinero que les sobra es el que deben ahorrar. Los descuentos y promociones se convierten en tentaciones que se materializan, y así no se prioriza lo que es realmente importante. ¿Qué tal si en vez de gastar ahorra? La clave está no en cuánto gana sino en cuánto ahorra.
Los colombianos se caracterizan por tener una cultura de la inmediatez y programan sus metas en ciclos. Existe la incertidumbre y el temor de que los objetivos se aplacen y por ello no se ahorra. La tranquilidad es el principal destino del ahorro programado, seguido de vivienda, vacaciones y educación.
El 31 de octubre se celebra el Día Mundial del Ahorro y vale la pena destacar la responsabilidad que tienen los adultos de educar a los más pequeños para que sean juiciosos con sus finanzas. De igual manera, toda persona debe pensar en su futuro financiero con metas a corto, mediano y largo plazo.