Hugo Ospina, presidente del INCP, aseguró de forma exclusiva a Actualícese que los Estándares Internacionales no son un asunto netamente contable, y que, por este error en el que caen los gerentes de las compañías, estos no se involucran en los cambios.
La implementación de estas normas requiere que los profesionales que laboren o presten sus servicios en cada empresa realicen el proceso de actualización de la normatividad, para seguir prestando sus servicios, en vez de aumentar la demanda de contadores.
Por supuesto, ha habido cambios por profesionales mejor preparados en algunos casos, pero no parecería que hubiese una demanda mayor en el sentido de tener más contadores que antes trabajando en este tema.
Sin embargo, en la medida en que los contadores no lleven a cabo las actualizaciones pertinentes en la norma, se aumentará la demanda por parte de las compañías de profesionales mucho más preparados que afronten el reto de la globalización de la profesión contable y contribuyan al cambio que cada compañía deba realizar en este proceso de convergencia.
La profesión contable, por efecto de la convergencia a Estándares Internacionales, ha tenido que asumir bastantes retos más allá del cumplimiento de la norma, por ejemplo: aprender una nueva estructura al preparar y presentar información financiera, construir credibilidad del proceso y mejorar los niveles de competencia para asumir estos nuevos retos. Sin hablar que se debe seguir con el día a día de las funciones propias del contador en sus diferentes ámbitos de trabajo.
Un punto a tener en cuenta es que los programas académicos de contaduría, en tiempos pasados (hablando de aquellos con más de 5 años), no contemplaban estos temas dentro de su plan de estudios. Por tal razón la capacitación externa se vuelve imperativa y no siempre se obtiene de forma oportuna ni de los más expertos en esta materia, por lo que el proceso se vuelve de prueba y error. Muchos centros educativos comenzaron su proceso de ajuste de programas académicos muy tarde y hay muchos que aún no han comenzado.
Sin embargo, los contadores han hecho un gran esfuerzo, pero aún así, en el primer año de aplicación obligatoria hubo muchos errores y retransmisiones. En este año parece que hay mejorías importantes (lo que era esperado). En muchos países de Latinoamérica sucedió algo parecido.
Los contadores que no forman parte de las grandes y medianas firmas (que son la mayoría) tienen como uno de sus retos más grandes el aprendizaje de la norma para cumplir con los nuevos requerimientos.
La norma es de conocimiento público y el proceso de convergencia no fue un proceso que se llevó a cabo un día para otro. Tuvo una planeación de aplicación en Colombia. La Ley 1314 de 2009 y el proceso de convergencia para algunas compañías comenzó en el 2012. La socialización por cada uno de los actores en este proceso se ha realizado ampliamente a través de los diferentes medios de comunicación, foros, talleres, guías por parte de algunas superintendencias, etc.
Sin embargo, uno de los problemas más relevantes ha sido la gerencia de las empresas, ya que en esta se tiene la concepción que este proceso de convergencia es un asunto netamente de los contadores. Por ello “la gerencia” no ha querido asumir una participación activa dentro del proceso ni en el cambio que del mismo se desprende.
Recordemos que los Estándares Internacionales no son solo un asunto contable, lo que ha pasado es que de forma errada se ha puesto más énfasis en los preparadores y auditores que en la administración en general.
El objetivo de los Estándares Internacionales es que la información sea útil y más transparente para tomar mejores decisiones, de una manera más informada, tener la posibilidad de medirse y competir con empresas bajo un mismo marco normativo en cualquier parte del mundo, manejo de la empresa con una visión internacional en sus presupuestos, proyecciones, tesorería, distribución de dividendos, etc., además de mejorar la comparabilidad y la consistencia.
Los beneficios para los contadores son muchos, pero entre los más importantes esta poder ser competitivo en un mundo globalizado en el que la profesión también se internacionaliza: no ser más un tenedor de libros sino comenzar a dar un mayor valor agregado a lo que se hace en el día a día de sus funciones. Adicionalmente, la demanda por contadores mejor preparados es una realidad que beneficia a todos los actores interesados en competir a la altura de lo que demanda el mercado. Los contadores que mejor conozcan los Estándares Internacionales tienen un amplio campo de acción en la profesión.
Años atrás, el contador solo se preocupaba de la información financiera histórica. Hoy, con la entrada en vigencia de los Estándares Internacionales tiene que ampliar su visión de las finanzas y pensar prospectivamente, en tanto que dichos estándares son la única base, y de ahora en adelante deben conocer a fondo estas normas. Ahora bien, para ser competitivos, estos profesionales deben desarrollar adicionalmente varias habilidades claves tales como trabajo en equipo, comunicaciones (otros idiomas), manejo adecuado de herramientas tecnológicas, ser proactivo, ser escéptico como auditor y desarrollar su capacidad de análisis, entre otras.
En un futuro próximo es más importante poder aplicar un juicio profesional sólido, pues el resto podría ser hecho por computadores y robots mediante el uso de inteligencia artificial.
Teniendo en cuenta que uno de los principios fundamentales del código de ética exige mantener y demostrar la competencia y diligencia profesionales para prestar un excelente servicio, el INCP, como entidad gremial, ha sido la que más ha invertido en la capacitación de los contadores, en difundir los estándares a través de sus publicaciones, en seminarios y diplomados, etc. Adicionalmente, ha apoyado al Gobierno Nacional con sus relaciones y contratos con los “standard setters” internacionales como la Fundación IFRS e IFAC.