Daniel Bulla, gerente senior de impuestos de BDO Colombia afirma en entrevista con Actualícese que la meta de los 14 billones de pesos esperada por el Gobierno se debe alcanzar, por uno u otro camino, para no tener problemas de calificación crediticia; se podría cubrir con un recorte de gastos.
Daniel Bulla, contador público y gerente senior de impuestos de BDO Colombia opina que no es un riesgo entregarle toda la responsabilidad a la Dian en cuestión de recaudo, sino un recurso en el que se tiene que confiar, pues representa mucho potencial si se corrigen los problemas culturales y estructurales que tenemos en materia de evasión.
Infortunadamente es una realidad con la que se convive. El déficit de 14 billones de pesos que se planteó y que no se cubre solo con la Ley de financiamiento, sumado al impulso que se le está dando a las empresas con medidas como la reducción de tasas de renta y la posibilidad de recuperar IVA en inversiones de capital, genera una incertidumbre de recaudo advertida ya, incluso por las calificadoras de riesgo. De hecho, en este sentido, el mismo texto de la ley fue prudente y creó una comisión de entidades que evaluarán en 2019 el esquema de “costo – beneficio” de todas las prerrogativas fiscales, y con este insumo el Gobierno presentará un nuevo proyecto tributario en 2020.
Con independencia de la gran tarea que existe para recortar el gasto, la potencial nueva reforma sin duda debe buscar eficiencia en el espectro de obligaciones nacionales y territoriales; el país carga con un problema de sobrecostos tributarios en virtud de la descentralización que en materia tributaria se respeta, lo que se traduce en tasas efectivas desbordadas frente a nuestros países comparables. Adicional a esto, seguramente se seguirá atacando la evasión con medidas penales como las que ya hemos venido incorporando, y desafortunadamente la balanza de contribución “personas jurídicas – personas naturales” continuará apuntándole a distribuir una mayor responsabilidad a las personas naturales, en atención a lo que los esquemas OCDE demandan.
Lo que no resultó aprobado y que completaba esta meta fue la modificación en el IVA que inclusive proponía extenderse a la canasta familiar, muy sonado políticamente, por cierto. Ahora bien, esta meta debe cumplirse por un camino u otro, so pena de entrar en problemas de calificación como cualquier sujeto de endeudamiento. Se confía mucho en la gestión de la Dian para reducir una brecha muy grande de evasión que distorsiona el recaudo, pero sin duda alternativas como la venta de activos de la nación, una reforma pensional, un absolutamente necesario recorte de gastos, seguramente endeudamiento vía emisión de bonos o deuda directa y una nueva reforma fiscal serán necesarios para cubrir este faltante.
Como a cualquiera de nosotros, las líneas de crédito de los bancos (en el caso de países) fundamentan su oferta de endeudamiento y sobre todo de condiciones de préstamos en función de criterios. Si tú no tienes capital o un nivel de ingresos y gastos razonable, tu calificación crediticia es diferente al que sí tiene patrimonio para respaldar o cuenta con un nivel de entradas mejor. Así entonces, el que tengamos estos déficits redunda en una potencial calificación desmejorada, lo cual no quiere decir que se nos cierren las ventanas para salir a solicitar un crédito, pero sí implicaría que el servicio y condiciones de la deuda sea por lo menos más costoso.
Considero que no es un riesgo, es un recurso en el que se tiene que confiar y tristemente es un bolsillo que está descosido, pero representa mucho potencial de recaudo si se corrigen los problemas culturales y estructurales que tenemos en materia de evasión. Ahora bien, esto depende de una apropiada responsabilidad de la administración de impuestos y, sobre todo, de dotarla de herramientas tecnológicas y de infraestructura.