Muchas pymes todavía no han adoptado los Estándares Internacionales. La administración y el gobierno corporativo de estas son las llamadas a cambiar el “chip”, para que las empresas ganen competitividad frente a las oportunidades comerciales que se presenten en los mercados internacionales.
Se supone que la aplicación de los Estándares Internacionales da lugar a estados financieros fiables y útiles. Sin embargo, la gerencia debe utilizar su juicio para decidir si esta presunción se cumple, o si se requiere generar una política contable distinta.
La aplicación de políticas contables basadas en Estándares Internacionales puede convertirse en un proceso costoso para algunas transacciones, por tanto, estos nuevos marcos técnicos normativos permiten desviaciones en su aplicación, siempre que el efecto no sea material en los estados financieros.
La única razón avalada por el Estándar Internacional para suspender la aplicación de la normativa, es que la entidad deje de cumplir con la hipótesis de negocio en marcha; cabe recordar que un proceso de reorganización no necesariamente implica la finalización de operaciones.