Óscar Darío Morales, miembro de la Comisión de Expertos que elaboró la propuesta de la reforma tributaria estructural, también se une a la celebración del Día del Contador Público en Colombia y nos ofrece sus puntos de vista sobre algunos aspectos de la profesión.
Para el contador público Óscar Darío Morales, la profesión no se debe reinventar; simplemente se debe pasar del dicho al hecho en aspectos como los valores, la habilidad profesional, el respeto por el cliente y la comunidad, entre otros.
Técnicamente, seguir adquiriendo conocimientos y experiencia en normas internacionales, tanto de contabilidad como de auditoría, las cuales nos regirán como profesión en los siguientes años.
En lo profesional, se le debe dar más relevancia a las actividades que la profesión presenta para ofrecer servicios de alta calidad técnica y que permanentemente excedan las expectativas de los clientes, entendiéndose como cliente la empresa donde se labora o se prestan servicios.
En lo personal, practicando los valores que nos han inculcado, como respeto, servicio, honestidad, integridad, y adquiriendo conocimientos en otras materias y habilidades que nos complementan como profesionales y personas.
No habría que reinventar nada; simplemente pasar del dicho al hecho en todos los aspectos: valores, capacidad técnica, habilidad profesional, relaciones con terceros, respeto por el cliente, la comunidad y las personas, entre otros. Lo anterior nos hará profesionales respetados y reconocidos como ejes importantes del desarrollo de las regiones y de los países donde vivimos o tenemos influencia.
No aceptando solicitudes o recomendaciones para dejar de cumplir con la ley y las normas que nos rigen; esto en los diversos aspectos en que nos encontremos involucrados, ya sea como profesionales o a nivel personal.
Simplemente que sean los mejores profesionales, que se preocupen en lo técnico, en lo profesional y en lo personal por dar lo máximo en las actividades que desarrollan.
Bueno, la capacidad que tenemos de ofrecer múltiples servicios en casi todas las actividades que se desarrollan en una economía como la nuestra. Malo, la baja calidad de muchos de nuestros colegas, que no se preocupan por ser los mejores, con bajos conocimientos técnicos y profesionales. Lo feo, que muchos aceptan y, peor aún, en algunos casos insinúan la violación permanente de las normas y leyes que nos rigen como país.