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Política pública en materia de educación económica y financiera: ¿cómo está Colombia?


Política pública en materia de educación económica y financiera: ¿cómo está Colombia?

Palabras como ahorro, presupuesto, tasas de interés e inflación, deberían ser conceptos de discusión en las aulas de clase. De esta manera, se presentaría una unión entre la academia y los sectores público y privado, y así se mejorarían los niveles de formación en materia financiera.

La asociación gremial financiera colombiana, Asobancaria, viene dando pasos para mejorar los hábitos financieros y familiares de los colombianos. Su presidente, Santiago Castro, ha dicho que Colombia cuenta con una estrategia nacional en educación económica y financiera, “lo que permitirá mejorar la articulación de los distintos actores y sectores en torno a la promoción de acciones que fortalezcan las habilidades de los consumidores financieros a la hora de gestionar los recursos”.

La entidad junto con sus agremiados ha desarrollado una serie de proyectos que pueden complementar o impulsar la estrategia nacional. Programas como Saber más contigo para la población activa, Saber más empresarios para los microempresarios y Avanzar, construir, prosperar diseñado para población vulnerable, se han convertido en estrategias fundamentales en este proceso. Todas estas iniciativas han sido desarrolladas junto con aliados públicos y privados.

Castro dice que las entidades financieras no han escatimado esfuerzos en pro del fortalecimiento de los programas de educación financiera. Por ejemplo, en 2016 se duplicó el alcance de personas instruidas a nivel presencial, en la mayoría de los casos usando una metodología pedagógica avalada por un organismo internacional, que incluyó el uso de portales web, redes sociales y medios de comunicación.

Según Castro, si bien continuar incrementando la cobertura es una tarea importante, resulta también fundamental seguir mejorando la eficiencia de las actividades con base en las recomendaciones de los centros de estudio e innovación. Para él, es necesario enfatizar la pertinencia que tiene evaluar el impacto de las actividades y programas con el fin de conocer los verdaderos resultados de estas iniciativas. “Todo esto nos permitirá, como país, dar pasos firmes en el propósito de mejorar los hábitos financieros personales y familiares, consiguiendo así reducir las brechas sociales y mejorar la calidad de vida de los colombianos”, expresa Castro.

Sobre los hábitos financieros, Alfredo Barragán, especialista en banca de la Universidad de los Andes, dice en El Colombiano que la cultura indica que solo endeudándose se pueden conseguir cosas, lo que va en contravía del ahorro. “Si tengo la disposición de pagar un préstamo a largo plazo con altos intereses, por qué no hacer un ahorro programado”, indica.

“Aunque Colombia se ha posicionado como uno de los 59 países que ha establecido una política pública en materia de educación económica y financiera, enfrenta retos para lograr su implementación”

Para él, es fundamental aprender a diferenciar un deseo de una necesidad para evitar gastos innecesarios. Lo anterior conlleva a que la primera acción encaminada a ahorrar sea hacer un presupuesto mensual, con lo que se evalúe qué tanto una persona puede guardar de sus ingresos, teniendo en cuenta los gastos y las obligaciones. Según su criterio, se puede fijar un porcentaje del salario, que se recomienda esté al menos entre el 5 % y 10 % cada mes.

El reto de involucrar conceptos económicos en el pénsum educativo

Aunque Colombia se ha posicionado como uno de los 59 países que ha establecido una política pública en materia de educación económica y financiera, enfrenta retos para lograr su implementación. El primero de ellos es, sin duda, lograr una unión entre la academia y los sectores público y privado para que se actúe articuladamente en la implementación de acciones que conlleven a la mejora de los niveles de formación de los colombianos en esta materia. Los beneficios de alcanzar este objetivo se traducen en una mayor solidez de la economía de los hogares colombianos, lo que se traducirá en un mejor desempeño económico.

Desde Asobancaria se insiste en la formación sobre conceptos de educación financiera desde temprana edad. Para esto, se hace indispensable que la estrategia nacional se ocupe de fortalecer la pobre o escasa presencia de estos conceptos en los pénsum académico de las instituciones educativas.

“Ahorro, presupuesto, tasas de interés, inflación, entre otros, deberían ser elementos comunes de discusión en las aulas de clase de los colegios. Esto se convierte en una aspiración imposible sin el decidido liderazgo y acompañamiento presupuestal del Ministerio de Educación Nacional”, se afirma en la más reciente edición del informe Semana económica 2017 de la entidad.

Sin embargo, hasta que esto no suceda infortunadamente se seguirán presentando avances pobres en esta materia. “No avanzar en estos frentes nos llevará, con seguridad, a mantener nuestros rezagos en aspectos básicos de economía y finanzas frente al promedio internacional”, dicta el informe.

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