Know how es un neologismo anglosajón que significa, de modo literal, “saber cómo”. Siendo apropiado para el mundo empresarial, este representa las capacidades, habilidades o conocimientos adquiridos, no necesariamente académicos, para hacer alguna tarea específica. Estas capacidades o habilidades se pueden observar fácilmente en el desarrollo de tecnologías las cuales pueden proveer a las organizaciones de ventajas competitivas frente al resto del mercado.
A través de este concepto se aglutina el concepto de propiedad industrial sobre, por ejemplo, los procedimientos de producción. Se podría catalogar este activo como un intangible, sin embargo, de acuerdo a las disposiciones de los Estándares Internacionales de Información Financiera, al ser formados no podrán reconocerse como tal. El principal argumento es la dificultad que se presenta a la hora de determinar su costo de manera fiable y si este le puede generar beneficios económicos futuros a la entidad.
Aunque, como lo acabamos de señalar, este tipo de partidas no pueden ser reconocidas contablemente, no está demás hacer una identificación de este tipo de invenciones y realizar los respectivos procesos de formalización de la propiedad industrial con el fin de aprovecharlos; así el know how debería contar con las siguientes características fundamentales: