Para Marta Cadavid, las organizaciones deben contar con una planeación estratégica, pero cuando hay bipolaridad de poderes al interior, las consecuencias son negativas.
Muchos oficiales de cumplimiento aseguran que las áreas comerciales son intocables, hacen lo que quieren y tienen el poder
Marta Cadavid, cofundadora y CEO de Nofraud Latam, afirma que actualmente se sufre de una bipolaridad de poderes al momento de combatir los fraudes al interior de las organizaciones. Por lo anterior, los auditores deben estar atentos a señales para actuar.
Esta contadora pública, especialista en Gerencia Financiera y máster en Economía Financiera, explica que, con la bipolaridad política y económica, se distribuyen los poderes, se busca establecer un orden mundial y así evitar desorden. Para lograrlo se presentan alianzas entre países, siempre mirando a los más fuertes como EEUU, China y Rusia.
Esta desarrolladora de workshops de administración de riesgos de fraude y abuso corporativo, auditoría forense, lavado de dinero, describe lo siguiente al respecto:
Se busca tener un equilibrio, que las personas se mantengan en una especie de expectativa falsa, hasta que algo explote y haya que esperar las decisiones y condiciones que tomen estos países. La lucha de poder entre las diferentes naciones siempre va a existir, pero la idea es que no se pisen las mangueras.
Cadavid afirma que todos los días se presenta bipolaridad a nivel corporativo. Las organizaciones deben contar con una planeación estratégica. A pesar de esto, hay estrategias por bloques dependiendo de los intereses de las diferentes partes de la empresa.
Hay trenes pequeños que van en diferentes rieles, en diversas direcciones. Es una falsa paz en las unidades de negocios. Mientras la empresa produzca ingresos no se ve lo malo, pero lo que pasa al interior de la empresa podría ser una bomba de tiempo que en algún momento podría explotar.
Tiene claro que la paz no será absoluta si al interior de la empresa existen células con su propia estrategia:
Al presentarse diferencias entre la estrategia de diversas áreas de una compañía, habrá guerra de poderes entre las unidades de negocio de la empresa.
Es así como en la empresa se crea una amistad y rivalidad, al tiempo, en el mismo espacio laboral.
Todo lo anterior dificulta llegar a un punto de equilibrio porque no existe una única estrategia corporativa que tire hacia el mismo lado. Se va disolviendo, cambiando y transformando:
Van saliendo pequeñas estrategias, tergiversadas, que crean alianzas dependiendo de las necesidades. Se crean grupos de poder donde se observa la bipolaridad corporativa.
Para Cadavid, la mayor motivación que tiene toda organización es mover dinero, tener utilidades, que los accionistas vean resultados, así como disminuir los costos y gastos.
En la planeación para lograr lo anterior entra en escena la administración del riesgo y entra el gobierno corporativo, que es frágil y miope, tratando de que el área comercial y la administración del riesgo no se ataquen:Muchos oficiales de cumplimiento aseguran que las áreas comerciales son intocables, hacen lo que quieren y tienen el poder. Infortunadamente, el área de administración de los riesgos.
Tenemos la capacidad de ver los riesgos, las consecuencias económicas, lo que puede originar la estrategia del área comercial. Muchos profesionales lo pueden ver actualmente desde su puesto de trabajo.
Odebrecht, por ejemplo, tenía el mejor código de conducta, la administración antifraude, de puertas para afuera, pero la verdadera esencia de lo que ocurrió fue la bipolaridad corporativa que se tenía en las diversas áreas de la empresa:
Los sobornos se convirtieron en el pan nuestro de cada día para atraer más clientes. La parte comercial se volvió fuerte y agresiva, y el área de riesgos pasó a un cuarto plano, no fue tenida en cuenta.
Cadavid dice que el peor destructor de valor en toda organización es el fraude y enumera una serie de malas prácticas que suceden a nivel corporativo: